Tras el post que edite el pasado lunes, compañeros de la nube han realizado un amplio seguimiento sobre este tema; ya sea retuiteando, ya sea con comentarios.
Especial mención merece la de mi compañera Virginia Salinas, que intentando hacer un comentario a esta cuestión, lo he transformado en un post. Alea jacta est.
"Hola Javier
______Virginia______Gracias a ti por favorecer la reflexión. Realmente la ética profesional debe ser una constante. Épocas de crisis como la actual, con un mayor cuestionamiento, si cabe, de la sostenibilidad del sistema sanitario público, y una realidad en la disminución de partidas presupuestarias y prestaciones sanitarias, creo que obligan a los profesionales sanitarios a cuestionarse ciertas consideraciones éticas. Como enfermera de hospitalización, encuentro que las consecuencias de los recortes, traerán unas urgencias hospitalarias masificadas aún más si es posible, una disminución de recursos (ya existen apósitos para curar UPP, que se han desestimado en las partidas presupuestarias, a pesar de existir evidencias científicas al respecto), y un cuestionamiento hasta de la necesidad de profesionales de enfermería para realizar ciertos cometidos que se venían haciendo. Pero debemos ser responsables de nuestros actos y nuestras técnicas de cuidados, y por supuesto, seguir exigiendo la mejor disposición para cuidar a nuestros pacientes, estemos en las circunstancias que estemos, a pesar que algunas personas jueguen con el dinero público y de todos, precisamente para enriquecer sus egos personales. Sigo pensando que son malos tiempos para la lírica... como decía la canción. Saludos"
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