miércoles, 10 de octubre de 2012

Expolio de la dignidad de una enfermera por sentencia judicial


Como no podía de otra manera, mi post de hoy tiene como referencia la sonada sentencia del  Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que ha confirmado una sentencia de un juzgado de Alicante, sobre una enfermera que administró un medicamento sin la necesaria prescripción médica. Esto la inhabilita a más de dos años en su carrera profesional. Ahí es nada.

Esta fragrante injusticia moral, no solo llena de indignación a la acusada, sino que fluye a través de un colectivo que viene soportando día tras día las “inclemencias” de compañeros y judicatura. Seguimos siendo “chica pata todo”, o eso es lo que quieren. Parece ser que no tenemos responsabilidad ni independencia a la hora de tomar decisiones: no estamos habilitad@s para eso.

Al colectivo de enfermer@s, esta sentencia, que tiene un marcado carácter discriminatorio, les indigna sobremanera. A mí particularmente me molesta más aún, soy hijo de enfermera y padre de futuro enfermero. Algo tendré que explicarle a mi hijo sobre nuestro grado de responsabilidad, enseñarle lo que significa dignidad profesional. ¿No creen ustedes?, o será mejor que repita con furor y henchida voz eso de: “Sí, Wana, digo señor”.

El diccionario de la Real academia define la dignidad como una Cualidad de digno, excelencia, realce y  gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse. A nuestra compañera le han dilapidado su decoro profesional, entendido como orgullo; le han robado su excelencia profesional. Ya no estará satisfecha, a buen seguro, con sus actuaciones durante un tiempo.

El tsunami que esto ha desatado ha tenido como respuesta una reivindicación en el colectivo sanitario 2.0, especialmente de la mano de nuestros colegas y amigos de la comisión gestora™. Un levantamiento, con voz alta y clara, para decir: ¡Basta ya de injusticia! Por esto, se convoca a las enfermer@s hoy, para seguir trabajando según esos Estatutos de principios de los setenta. Ya que arropados por otros colectivos profesionales y por la justicia, estamos abocados a servir a la Ley, sea como fuere.

Para terminar expresar mi más cordial enhorabuena a tod@s los compañeros que se han unido a este gesto. Además de acordarme de los jueces que dictaron sentencia, espero que nunca se encuentren ingresados en un hospital y necesiten de un profesional que les administre un analgésico, un ansiolítico, o necesiten de consuelo, cariño, compasión, en definitiva, de cuidados.
Porque si no está prescrito, NO TENDRÁN NADA DE NADA




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